Visitando el Castillo de Kagoshima, escenario de la feroz Batalla de la Guerra de Seinan
Las ruinas del Castillo de Kagoshima, también conocido como Castillo Tsurumaru, se extienden al pie del Monte Shiroyama, en el centro de la ciudad de Kagoshima. Construido como residencia del clan Shimazu, señores del dominio de Satsuma, también es conocido por ser uno de los campos de batalla más intensos de la Guerra de Seinan. En sus muros de piedra aún se conservan innumerables marcas de balas y proyectiles.
En este artículo, te contamos cómo es recorrer personalmente las ruinas del Castillo de Kagoshima. Verás en fotos la reconstruida Puerta Goromon, el Museo Reimeikan y los restos del jardín, todos ellos impregnados de historia.
Si deseas conocer más sobre la historia y los principales atractivos del Castillo de Kagoshima, consulta también el siguiente artículo.
Leer más sobre Atractivos del Castillo de Kagoshima
El símbolo del Castillo de Kagoshima es la imponente “Puerta Goromon”, que se alza majestuosa en la entrada principal.
Con aproximadamente 20 metros de altura y ancho, la imponente puerta de madera ha sido reconstruida fielmente, conservando la dignidad del acceso principal original del castillo.
La Puerta Goromon fue destruida por un incendio en 1873 y permaneció perdida durante casi 150 años, hasta que fue reconstruida en 2020. Hoy recibe a los visitantes como el nuevo símbolo de las ruinas del Castillo de Kagoshima.
Huellas de la Guerra de Seinan: miles de marcas de balas
Al pasar por la Puerta Goromon y avanzar hacia la izquierda, encontrarás innumerables agujeros en los muros de piedra. Son marcas dejadas por balas y proyectiles disparados durante la Guerra de Seinan en 1877. En este lugar se libraron intensos combates entre las fuerzas de Satsuma, atrincheradas en el Monte Shiroyama, y las tropas del gobierno.
Las marcas concentradas en las uniones y esquinas, las piedras astilladas y las hendiduras poco profundas son testimonio de la violencia del enfrentamiento. Los impactos provenientes de múltiples direcciones revelan la intensidad de la batalla y narran silenciosamente su historia.
Las piedras cubiertas de musgo y las superficies erosionadas muestran cómo las huellas del conflicto han perdurado por más de un siglo. Junto a grandes grietas, pequeñas marcas del tamaño de una aguja permanecen esparcidas, evocando la intensidad del tiroteo.
Al observar estas cicatrices grabadas en la piedra, uno puede sentir cómo los recuerdos de la guerra atraviesan el tiempo.
Se cree que algunas de estas marcas también fueron causadas por disparos durante la Segunda Guerra Mundial.
Museo Reimeikan
Al seguir el sendero junto a los muros marcados por balas, llegarás al “Museo Histórico de la Prefectura de Kagoshima Reimeikan”. Construido en el antiguo sitio del torreón principal del castillo, este museo ofrece una completa introducción a la historia y cultura de Satsuma.
Monumento Shuuchin Houkohi
Junto al Reimeikan se encuentra un impresionante monumento de piedra llamado “Shuuchin Houkohi”.
Este monumento fue erigido por Shimazu Shigehide, el 25.º señor del dominio de Satsuma, cuya curiosidad intelectual y amor por la cultura se reflejan en la inscripción. Shigehide fue bisabuelo de Shimazu Nariakira, venerado en el Santuario Terukuni, y fue una figura destacada a finales del siglo XVIII.
La inscripción comienza con la creación del cielo y la tierra y expresa el deseo de comprender las leyes de la naturaleza. Shigehide se dedicó al estudio de las hierbas medicinales, la cría de animales y plantas, y la colección de minerales y cerámica, mostrando su pasión por la ciencia natural.
También lamentó la dispersión de sus colecciones a lo largo de los años, por lo que construyó una casa del tesoro llamada “Shuuchin Houko” en el condado de Ebara (actual Takanawa, Tokio) para preservarlas. Su deseo de que estos tesoros se conservaran y transmitieran a las generaciones futuras está grabado en la piedra.
Encontrar este monumento en Kagoshima permite imaginar a un señor feudal que vivió dedicado al conocimiento y la curiosidad. Es un testimonio silencioso de la visión global y la cultura de colección que ya florecían en Satsuma durante el período Edo.
Estatua de Tenshōin Atsuhime
Dentro de los terrenos del Reimeikan se encuentra una tranquila estatua de Tenshōin Atsuhime, una de las mujeres más destacadas de Satsuma durante el final del período Edo.
Atsuhime nació en una rama del clan Shimazu y más tarde se convirtió en la esposa de Tokugawa Iesada, el decimotercer shōgun del shogunato Tokugawa. Tras la muerte de su esposo, adoptó el nombre de “Tenshōin” y, durante los turbulentos años que precedieron a la Restauración Meiji, trabajó incansablemente para proteger tanto a la familia Tokugawa como al pueblo.
En 1868, cuando las fuerzas imperiales decidieron atacar Edo, Atsuhime negoció con Saigō Takamori y otros, desempeñando un papel clave en la rendición pacífica del Castillo de Edo. Su juicio sereno y su acción digna representan el espíritu orgulloso y firme de las mujeres de Satsuma.
La estatua, en medio de la vegetación del Reimeikan, transmite la gracia y fortaleza interior de una mujer que vivió con valentía en tiempos de gran cambio. Al visitar el sitio, detente un momento para contemplar su figura y reflexionar sobre su vida ejemplar.
Jardín del Reimeikan y la casa Tenoma Futatsuya
Detrás del Reimeikan se extiende un sereno jardín rodeado de frondosa vegetación. Es un espacio apacible donde los visitantes pueden disfrutar de un momento de calma. Aquí se encuentran el “Estanque Miike”, una reconstrucción del estanque que antiguamente estaba en la parte sureste del castillo, y la “Tenoma Futatsuya”, una casa tradicional trasladada desde la región de Satsuma que permite apreciar cómo era la vida cotidiana en aquella época.
El estanque Miike fue originalmente parte del jardín construido por Shimazu Iehisa, el decimoctavo jefe del clan Shimazu, y fue restaurado durante la apertura del Reimeikan en la era Shōwa. El agua fluye suavemente entre las rocas y un elegante puente llamado “Kyukobashi” cruza el estanque. El reflejo de los árboles y las piedras en la superficie del agua crea una escena de calma y belleza.
Junto al estanque se encuentra la casa con techo de paja llamada “Tenoma Futatsuya”, un ejemplo típico de la arquitectura residencial tradicional de Satsuma. Es una estructura valiosa que transmite fielmente la vida doméstica de aquellos tiempos.
En el interior permanecen elementos como el irori (hogar tradicional) y las vigas de madera, mientras que en el exterior hay un pozo cubierto, preservando una imagen auténtica de la vida cotidiana de siglos pasados.
El jardín del Reimeikan conserva silenciosamente la memoria de los días en que el Castillo de Kagoshima aún era conocido como Castillo Tsurumaru. En contraste con la grandeza de la Puerta Goromon y los muros de piedra, este tranquilo rincón refleja la vida sencilla y en armonía con la naturaleza del pueblo de Satsuma. Al recorrer las ruinas del castillo, no dejes de visitar este apacible jardín trasero.
Sitio del Segundo Recinto del Castillo Tsurumaru
Al oeste del Reimeikan se encuentra el antiguo sitio del “Segundo Recinto del Castillo Tsurumaru”. Actualmente, allí se levanta la Biblioteca Prefectural de Kagoshima, que continúa la tradición del lugar como un centro de aprendizaje y cultura.
Durante el período Edo, el Segundo Recinto era una zona administrativa clave que albergaba oficinas y salones ceremoniales que apoyaban la gestión del dominio. Desde la era Meiji, el sitio ha pasado por distintas funciones educativas hasta convertirse en la biblioteca actual, manteniendo siempre su papel como “centro del conocimiento”.
Junto con el sitio del torreón principal, donde se encuentra el Reimeikan, el Segundo Recinto forma parte esencial de la estructura histórica del Castillo de Kagoshima. Los paneles informativos exteriores ayudan a los visitantes a visualizar la disposición completa del castillo y su paisaje original.
El foso y los muros de piedra del Castillo de Kagoshima
El foso del Castillo de Kagoshima, con sus piedras ennegrecidas y cubiertas de musgo, transmite el peso de los siglos. El reflejo de la Puerta Goromon y el verde del Monte Shiroyama evocan el pasado del castillo.
Los muros que rodean el castillo están formados por piedras talladas con precisión, que han conservado su solidez a lo largo del tiempo. De cerca, las marcas de cincel en las juntas revelan el meticuloso trabajo de los constructores de la época.
A lo largo del camino frente a la Puerta Goromon hay una exposición que presenta las diversas “técnicas de mampostería” utilizadas en la construcción del castillo. Se emplean piedras reales para recrear métodos como el “nunozumi” y el “sangizumi”, permitiendo comprender visualmente la ingeniería de la época.
Cada panel indica los lugares donde pueden observarse estas técnicas, lo que hace que el recorrido por el sitio sea aún más interesante y educativo.
La memoria de la guerra y la reconstrucción en las ruinas del Castillo de Kagoshima
Atravesar la Puerta Goromon, observar los muros marcados por las balas, explorar las exhibiciones del Reimeikan y pasear por el jardín permiten sentir la profundidad del tiempo que ha pasado sobre el Castillo de Kagoshima. La historia de Satsuma aún vive aquí con fuerza.
Los muros marcados por la guerra no son meros restos del pasado, sino testigos vivos que continúan hablando a través del tiempo. La majestuosa Puerta Goromon reconstruida y el conocimiento y cultura que alberga el Reimeikan han dado nueva vida a estos terrenos históricos.
De pie en el silencio de las ruinas, uno puede sentir el orgullo y la nobleza de una tierra que ha experimentado tanto la guerra como el renacimiento.
Si visitas Kagoshima, dedica un momento a recorrer este lugar y sentir en persona su atmósfera cargada de historia.