¡Primera visita sin pérdidas! Guía completa para disfrutar el torreón del Castillo de Matsumoto
El Castillo de Matsumoto es uno de los castillos más icónicos de Japón: su exterior en blanco y negro y su presencia imponente atraen a viajeros de todo el mundo. Pero su encanto no se limita a la fachada. Al entrar al torreón descubrirás defensas ingeniosas de la era Sengoku, las famosas escaleras empinadas, un piso oculto y vistas espectaculares desde la planta superior.
En este artículo presentamos, en 10 temas, los puntos “que no te puedes perder” del torreón. Recorremos de una vez los atractivos que hacen único a este Tesoro Nacional.
Si quieres conocer el ambiente de todos los niveles del torreón con más detalle, consulta la guía siguiente:
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Situado en la ciudad de Matsumoto (prefectura de Nagano), el Castillo de Matsumoto posee uno de los torreones conservados más antiguos de Japón y está designado como Tesoro Nacional. Su singular exterior en blanco y negro combina estructuras defensivas de la era Sengoku con la elegancia del periodo Edo, razón por la cual es reconocido como uno de los castillos más destacados del país.
Información básica del torreón del Castillo de Matsumoto
Elemento
Detalle
Ubicación
4 - 1 Marunouchi, ciudad de Matsumoto, prefectura de Nagano
Horario
[Regular] 8:30–17:00 [Semana Dorada] 26 de abr.–6 de may. 8:00–18:00 [Verano] 9 de ago.–17 de ago. 8:00–18:00 [Año Nuevo] 1 de ene.–3 de ene. 10:00–15:30 (último acceso 15:00)
¡Uno de los 12 torreones originales conservados! Un castillo antiquísimo y Tesoro Nacional
El torreón del Castillo de Matsumoto se construyó entre finales del periodo Azuchi–Momoyama y comienzos del Edo. Es uno de los 12 “torreones originales conservados” que quedan en Japón y destaca por mantener íntegra su estructura de cinco cuerpos y seis plantas.
En 1936 fue declarado Tesoro Nacional y el conjunto del recinto es Sitio Histórico Nacional. También figura en la lista de los “100 Grandes Castillos de Japón”, consolidando su prestigio.
Es un castillo de llanura, y junto con el Castillo Nijō y el de Hiroshima se incluye entre los “Tres Grandes Castillos de Llanura de Japón”. A diferencia de los castillos de montaña, creció en estrecha relación con la ciudad.
Tras sobrevivir desde la era Sengoku hasta nuestros días, el Castillo de Matsumoto sigue transmitiendo el valor cultural y la evolución de la arquitectura castral japonesa.
La belleza del blanco y negro — El exterior del torreón
El encanto del torreón reside también en su exterior: los niveles inferiores están revestidos con madera lacada en negro, y los superiores acabados en revoque blanco, formando un patrón por capas.
El negro intenso aporta fuerza y tensión; el blanco resalta ligereza y pureza. Juntos crean una estética inconfundible que cautiva a los visitantes.
Sumado a su escala de cinco cuerpos y seis plantas, su silueta parece elevarse hacia el cielo. Para apreciar al máximo su belleza, recorre el perímetro exterior junto al foso.
¡Parece de cinco plantas, pero tiene seis! Un diseño ingenioso
Desde fuera parece tener cinco plantas, pero en realidad tiene seis. Esta configuración de “cinco cuerpos y seis plantas” es una seña de identidad que sorprende a muchos.
El complejo es un torreón compuesto y conectado: el gran torreón y los menores se enlazan mediante pasadizos y torres, un diseño que, a diferencia de una torre aislada, mejora defensa y funcionalidad.
Aunque afuera parece de cinco plantas, el interior alberga seis niveles. La unión de varias torres evidencia la pericia del diseño del Castillo de Matsumoto.
El piso invisible — El misterioso “cuarto oscuro” de la tercera planta
El torreón guarda un nivel que no se ve desde el exterior: el “cuarto oscuro” (Kuraimishige) de la tercera planta. Este piso oculto explica por qué el interior cuenta con seis niveles pese a una fachada de cinco.
Con apenas ventanas, es un lugar sombrío incluso de día. Se cree que servía para ocultar soldados o almacenar armas y provisiones. Al recorrerlo hoy, se percibe la tensión auténtica de la era Sengoku.
Aunque el exterior recuerda a la estilo Sōtō, por su superposición ordenada de cuerpos, estructuralmente se clasifica como estilo Bōrō, con una atalaya superior sobresaliente. El piso oculto —el cuarto oscuro— es la clave de esta singularidad arquitectónica.
Emblema de Matsumoto — Unas de las escaleras más empinadas de Japón
Siete tramos de escaleras conectan de la primera a la sexta planta, con pendientes de 55–61 grados: realmente empinadísimas.
La más exigente, entre la cuarta y la quinta planta, tiene contrahuellas de unos 40 cm. Muchos visitantes suben con cautela, paso a paso: una escena típica del castillo.
Estas escaleras dificultaban el avance del enemigo y hoy hacen memorable la visita. La sensación de logro tras subirlas es parte del atractivo.
Listo para repeler al enemigo — Dispositivos defensivos de la era Sengoku
El torreón conserva numerosos recursos defensivos. En muros y ventanas hay 110 saeteras y troneras para lanzar flechas y disparar arcabuces contra los atacantes.
En los niveles superiores hay “ishiotoshi”, aberturas para arrojar piedras o líquidos hirvientes sobre los enemigos a ras de muro. Pese a su elegancia exterior, el interior estaba listo para la batalla real.
Pasadizos estrechos llamados “musha-bashiri” limitaban el movimiento de intrusos. Estos elementos auténticos demuestran que el castillo fue una verdadera fortaleza.
Piezas reales a la vista — Exhibición de arcabuces y armaduras
En la segunda planta, el “almacén de armas de fuego” exhibe numerosos arcabuces y pertrechos. Podrás comparar armas de diferentes calibres y longitudes, un gran arcabuz de 16 kg y pistolas cortas de defensa personal.
La muestra explica el uso de los arcabuces e incluye un gran cuadro de la batalla de Nagashino, que ayuda a revivir la historia del castillo.
Ver de cerca arcabuces y armaduras auténticos es uno de los grandes atractivos de la visita.
Vistas de vértigo desde la última planta — Los Alpes del Norte y la ciudad a tus pies
Desde la sexta planta, un espacio de observación ofrece vistas en todas direcciones: la ciudad castillera de Matsumoto y las montañas lejanas. En días despejados, los Alpes del Norte lucen nítidos, combinando naturaleza grandiosa y patrimonio histórico.
A diferencia de otros torreones con balcones salientes, aquí no hay galería exterior: las vistas se contemplan desde las ventanas. Este diseño práctico refleja la autenticidad de un torreón original conservado.
La panorámica desde la cima es una experiencia imperdible.
Entre la guerra y la paz — Torres del periodo Edo en un torreón compuesto y conectado
El torreón compuesto del Castillo de Matsumoto enlaza el gran torreón con torres menores mediante pasadizos. Destacan las adiciones del periodo Edo: la Torre para Contemplar la Luna (Tsukimi Yagura) y la Torre Tatsumi, que simbolizan el paso de la guerra a la cultura.
La Torre Tsukimi se diseñó para banquetes a la luz de la luna, con barandales bermellón y techo en forma de quilla de barco, un conjunto refinado.
La Torre Tatsumi incorpora ventanas arqueadas katōmado, típicas de la arquitectura templaria, reflejando la estética del Edo.
El contraste entre el torreón preparado para la guerra y las torres elegantes del Edo narra, con claridad, el cambio de épocas.
Historia del Castillo de Matsumoto
Foto cortesía de la División de Gestión del Castillo de Matsumoto
Los orígenes del castillo se remontan a 1504, cuando se levantó como Castillo Fukashi. En tiempos de disputas entre los clanes Takeda y Ogasawara, se necesitaba una base en llanura. Más tarde, bajo el dominio de Ishikawa Kazumasa (vasallo de Toyotomi), se emprendió una gran reforma del recinto y la construcción del torreón que hoy contemplamos.
En el periodo Edo se añadieron la Torre Tsukimi y la Torre Tatsumi en preparación para una posible visita del tercer shōgun, Tokugawa Iemitsu. Aunque la visita no llegó a realizarse, las torres, símbolo de la paz, permanecen.
Tras la Restauración Meiji, el castillo afrontó la decadencia e incluso planes de demolición. Los vecinos se movilizaron y reunieron fondos para preservarlo; gracias a ese esfuerzo, el torreón sigue en pie.
De fortaleza sengoku a escenario cultural del Edo, y finalmente salvado por la ciudadanía: ese recorrido explica por qué hoy se atesora como Tesoro Nacional.
Castillo de Matsumoto — Cronología (hechos clave)
Tradicionalmente atribuido a Sadayoshi Shimadate el levantamiento del Castillo Fukashi
Takeda Harunobu (Shingen) toma el Castillo Fukashi
Ogasawara Sadayoshi entra en el castillo y lo renombra “Castillo de Matsumoto”
Ishikawa Kazumasa asume el control e inicia obras a gran escala
Ishikawa Yasunaga comienza la construcción del torreón
Matsudaira Naomasa es nombrado señor; se añaden las torres Tsukimi y Tatsumi
Abolición de los feudos; se desmantelan partes del recinto
Se crea la Sociedad para la Preservación del Torreón; comienzan los trabajos de restauración
El torreón y cuatro edificios relacionados son designados Tesoros Nacionales
Se completa una gran restauración por desmontaje; ceremonia de consagración
Concluyen las obras de acondicionamiento histórico, incluida la restauración de Taikomon Masugata
Evita largas colas — Recomendamos reservar por la web
Para entrar a la zona de pago, incluido el torreón, se requiere entrada. Hay boleto electrónico y en papel.
Torreón del Castillo de Matsumoto — Tarifas
Tipo de boleto
Adulto
Primaria/Secundaria
Preescolar
Boleto electrónico
¥1,200
¥400
Gratis
Boleto en papel
¥1,300
¥400
Gratis
El boleto electrónico corresponde a la reserva previa por la web. Al elegir franja de entrada y pagar por adelantado, el acceso el día de la visita es más fluido.
El boleto en papel se compra el mismo día en la ventanilla de la zona de pago.
El Castillo de Matsumoto es muy popular entre visitantes nacionales y extranjeros. En fines de semana y temporadas altas no es raro esperar más de 1 hora. Para una visita fluida, recomendamos comprar con antelación el boleto electrónico en la web.
El Castillo de Matsumoto aparece siempre en los primeros puestos de los rankings de belleza. Más allá de su exterior, te esperan escaleras empinadas, un piso oculto, una amplia exhibición de arcabuces y las panorámicas desde la cima.
Las torres del periodo Edo —Tsukimi y Tatsumi— permiten sentir la elegancia de una era de paz y el tránsito de la guerra a la cultura.
Caminar por un monumento con 500 años de historia revela defensas auténticas de la era Sengoku y el refinamiento cultural del Edo: una experiencia propia de Matsumoto.
Si visitas Nagano y Matsumoto, no dejes pasar la oportunidad de sentir su poderosa presencia.